Al llegar a un lugar apartado de Tailandia siempre esperas encontrar el paraíso, tanto en sus playas como en su vegetación y sus gentes. Después de bajar de una embarcación para doce personas, crees que esos doce somos los elegidos para repoblar la tierra virgen y bella. Y a esos doce les sumas unos dos mil más, y te das cuenta de que somos una masa ingente de guiris que, como hormigas, vamos saliendo de nuestros escondrijos y nos dispersamos en busca de todos los tópicos pensables.
Nada más llegar a nuestro pequeño e inconfortable bungaló de un alojamiento que incluía en su nombre la ampulosa palabra “resort” y que no le hacía justicia, al menos en nuestro caso, conocimos a dos chicos de Cáceres. Luego fuimos a la piscina y conocimos a una familia de París de ascendencia asiática. Y, allí mismo, encadenamos una charla en francés con otra en español, al entablar conversación con una pareja gallega, mientras la piel se nos arrugaba más y más. Y llegó la hora de comer y, tras una no muy incesante búsqueda del lugar más barato, porque el hambre acuciaba, fuimos a parar a un bar ante el mar en el paseo. Y al cabo de unos minutos, llegó la familia francesa y se colocó detrás , y al cabo de más minutos llegó la pareja gallega y también se quedaron en ese bar. ¿Casualidad?
Después de comer fuimos a la playa en busca de esas aguas turquesas tan famosas pero encontramos unas aguas revueltas marrones pero muy cálidas que nos regalaron revolcones con sus olas. Al regresar a la toalla, a la izquierda estaba tumbada la familia de París y a su lado, los dos chicos de Cáceres. ¿Casualidad?
La casualidad fue que en ese momento vivimos todos juntos la experiencia de tener una serpiente preciosa de tonos azulados y verdosos paseándose por la arena, sorteando con su andar serpenteante las toallas. Dicen que suelen caer de los árboles o que descienden de los mismos. Ese es el hábitat de las serpientes, de los monos, de los varanos pero no de los tailandeses. Ellos están allí para trabajar para nosotros, los turistas, en ese microcosmos artificial del cual sacamos tantas fotos para mostrar cómo viven los tailandeses.
Neus
Vídeo grabado por nuestros vecinos de Cáceres. ¡Gracias!